Todos los días somos alguien distinto, empujados por la inercia de quien fuimos ayer y el impulso de quien creemos ser.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Nubes fijas en esta lluvia.

Llueve. Llueve pero no estas acá, no estoy con vos. Llueve y me siento impotente, con ganas de llorar y con más ganas de gritar. Llueve y yo agonizo entre deseos y deseos insaciables. Cosas imposibles, inconcebibles. Recuerdos y mas recuerdos llegan, desde la humedad para atormentarme y se confunden con las ganas de ser algo que no soy, de cambiar un poco, de ser diferente a la diferencia. No aprecio lo que soy, ni lo que tengo. Llueve y yo sigo siendo ambiciosa, ambiciosa de oportunidades. Llueve, te recuerdo y entristezco. Llueve, nos recuerdo y más deseo.
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Y sigue lloviendo...

5 comentarios:

  1. La misma sintonía para mí, camarero.

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  2. Pues que llueva hasta que se quede sin una gota más quepoder echar, así al vago del Sol no le quedará otra que salir a lucir su resplandor.

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  3. Che, fabuloso. Una lastima que no pueda llegar a interpretarlo tan profundamente como se expresa (no por el post en si, sino por cosas mias), pero aun asi esta genial. Creo que si a esto le pones musica de fondo queda mejor ;)

    Ah, y fantastica esa foto

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  4. Increíble esa gota. Nada como acostarse con la ventana abierta y sentir la lluvia que, rachada, te va empapando de a poquito a vos y tus cosas.

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  5. Qué buena la lluvia... y no hacer nada, solo mirarla, escucharla, y pensar en todo lo que no está con nosotros. Si eso no es nostalgia, ¿qué es?

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